El proyecto está enfocada a la recomposición del territorio mediante la actuación en el espacio liberado por el corredor ferroviario del s. XIX. El actual proceso de fragmentación se frena mediante la implantación de una Infraestructura Verde, entendida como conjunto integrado y continuo de espacios de interés medioambiental, cultural, visual, recreativo y las conexiones ecológicas y funcionales que las relacionen entre sí.
El proyecto está enfocada a la recomposición del territorio mediante la actuación en el espacio liberado por el corredor ferroviario del s. XIX. El progresivo desarrollo de las infraestructuras, sobre todo la construcción de la línea férrea, supuso para la ciudad un motor de crecimiento, pero al mismo tiempo se tradujo en una fragmentación de su paisaje y una desconexión histórica, a un lado y a otro de la línea, entre la cuidad compacta y la reciente ciudad dispersa. Esta fractura formal y funcional de la ciudad se vuelve sistemática al repetirse entre el anfiteatro montañoso que representa el Paraje natural del Desierto de las Palmas y los huertos.
El actual proceso de fragmentación se frena mediante la implantación de una Infraestructura Verde, entendida como conjunto integrado y continuo de espacios de interés medioambiental, cultural, visual, recreativo y las conexiones ecológicas y funcionales que las relacionen entre sí. Tiene como objetivo proveer de áreas recreativas al aire libre, proteger áreas y habitats naturales así como el patrón ecológico del lugar y los valores culturales y paisajísticos, mejorar el paisaje visual y preservar zonas de transiciones físicas y visuales entre distintos usos y actividades. El fin último es la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos, el mantenimiento de la biodiversidad y de los procesos ecológicos básicos, como los pilares en los que se debe fundamentar la sostenibilidad del territorio a largo plazo.
La idea conductora del proyecto conseguir reducir el impacto medioambiental mediante un criterio de sostenibilidad basado en el máxima aprovechamiento de los recursos disponibles en combinación con unos sistemas que garanticen una accesibilidad y movilidad óptimas.
La intervención consiste en un sistema ramificado de corredores verdes conformados que restablecen la continuidad transversal entre las dos partes fragmentadas de la ciudad.
Estos corredores verdes constituyen un gran parque lineal donde la importancia de la vegetación y el suelo, la topografía, el sol y el agua se equiparan a la funcionalidad para las personas y los vehículos.
La franja verde se concibe como un elemento organizador del flujo de tránsito. Para ello, se distingue entre itinerarios peatonales y carriles bici que se adentran transversalmente en la ciudad, el transporte público que se mantiene en superficie, y el tráfico producido por el vehículo privado, pasante o en busca de aparcamiento, que se canaliza longitudinalmente por la cota inferior y funciona como una calle cubierta abierta al parque.
Esta sección en dos cotas paralelas permite reducir a la mitad la ocupación en superficie, aumentando los parámetros de calidad ambiental y sostenibilidad, tales como la reducción de la contaminación acústica, el control del soleamiento gracias a un adecuado arbolado, la autosuficiencia hídrica mediante el uso de un sistema urbano de drenaje sostenible, la autosuficencia energética con sistemas fotovoltaicos, y la reducción de la emisión de CO2.