El objetivo principal de este artículo de aproximación a la arquitectura de Fontilles ha sido el de presentarla no solo en su situación actual, sino en lo que ha sido una evolución constante en busca de una adaptación a las necesidades cambiantes a lo largo de los años.
El objetivo principal de este artículo de
aproximación a la arquitectura de Fontilles ha sido el de
presentarla no solo en su situación actual, sino en lo que
ha sido una evolución constante en busca de una adaptación a
las necesidades cambiantes a lo largo de los años.
El valle de Fontilles, que forma parte del
más extenso Vall de Laguar, fue elegido por los fundadores
por su situación geográfica: buen clima, seco, a una cierta
altura sobre el nivel del mar, separado de la costa,
protegido de los vientos del Norte, con agua abundante,
terrenos de cultivo de secano y de huerta, pinada, y suelos
filtrables. Gracias a estos parámetros, el lugar pudo ser
concebido desde el principio como una especie de ciudadela
autosuficiente.
La elección de
Fontilles en el año 1903 condicionó en gran medida todo el
proceso posterior de la construcción de sus diversos
edificios, por todo lo que significó realizar una serie de
construcciones en un lugar apartado y con una fuerte escasez
de medios técnicos y materiales. La mayor parte de sus
edificios se construyeron con muros de carga realizados en
piedra sobre los que se apoyaban las cerchas de madera con
las que se realizaban las cubiertas de teja árabe
generalmente a dos aguas. Los forjados de los edificios se
construyeron en los primeros años con viguetas de madera y
revoltones de ladrillo, y solamente a partir de algunas
reformas en la época de la incautación de la República y
luego más adelante se emplearon estructuras de hierro bien
en pilares, bien en viguetas de forjados o incluso en
cerchas para algunas de las cubiertas.
Debido a esta orografía
del lugar, la arquitectura de Fontilles no sólo se
circunscribe a los edificios sino que los muros de
contención que protegen los abancalamientos donde se ubican
estos edificios, las escaleras que relacionan unos edificios
con otros, las fuentes, los monumentos escultóricos, los
bancos, los paseos, la concepción de jardines que acompañan
y separan unos edificios de otros, todo tiene un valor de
referencia sin el cual sería difícil comprender el conjunto.
El programa funcional de Fontilles estuvo
claro desde un primer momento en función no sólo de las
necesidades sino de recomendaciones y consejos dados desde
una perspectiva en aquellos momentos la más moderna posible.
Se trataba de proyecto unitario, y las posteriores
ampliaciones, transformaciones y cambios en sus
arquitecturas fueron determinados por el número creciente de
enfermos, por la diversificación y alcance de la atención
médica y asistencial, cada vez más compleja que requería
nuevos espacios y por ciertos acontecimientos históricos,
como la expulsión de los jesuitas o de la incautación de
Fontilles por la República que coadyuvaron a que las dos
comunidades religiosas hayan pasado por cuatro lugares
diferentes.Estas operaciones posteriores de ampliación y
transformación pueden agruparse dentro de cuatro etapas
históricas.
La primera, el
“Fontilles primitivo”, la constituyen cuatro edificios
terminados en 1908, y formaban parte de un proyecto de
ordenación general. La segunda fase trata de una serie de
edificios construidos o reformados entre 1909 y 1924; la
tercera consta de edificios construidos o reformados a
partir de 1925, incluyendo muchas reformas interiores así
como demoliciones puntuales. La última etapa comprende los
edificios desde la posguerra a la actualidad.
En estas cuatro etapas, se han ido
construyendo edificios nuevos, se modificaron o ampliaron
unos y se rehabilitaron otros para devolverles su función
primitiva o para darle nuevos usos. A estas actuaciones se
han de sumar una serie de pequeñas o medias intervenciones
más “paisajísticas” de unión y composición, como son las
escaleras, las terrazas y la plantación de árboles,
conformando de esta forma la totalidad del programa de la
colonia-sanatorio en un armonioso conjunto
arquitectónico-histórico.